15 trucos sobre como criar jilgueros en cautividad - Articulo numero: 711961273614

El pajaro Jilguero presenta una longitud de once-13,5 cm, una extensión de 21-veinticinco con cinco cm, un peso de 14-19 g y una longevidad de 7 a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se caracteriza por una cabeza muy propia y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es típico y amoldado a su nutrición. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte anterior es blanquecino, bordeado de amarillento, mientras que la parte trasera marronácea.

El ala muy distintiva y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; máculas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, dependiendo del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y moteado. Adquiere el típico dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen también plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en tal caso, dependiendo de la temporada y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

El macho y la hembra del jilguero son muy similares, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o bien en condiciones de observación muy convenientes, el macho presenta mayor cantidad de colorado en la cara, y plumillas nasales normalmente más oscuras. La variación estacional es inexistente, no obstante, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e incluso elimina) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a determinada confusión con hembras e inmaduros de otros fringílidos marronáceos, mas solo en caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial durante el verano, mientras que en adultos la muda es completa asimismo durante el verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Suele habitar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, generalmente cualquier zona herbácea, especialmente si existe exuberancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin contrariedades en pueblos y ciudades.

Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido convocado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a mil ochocientos cincuenta m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, especialmente cardos y centaureas, explica las altas exuberancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta omnipresente. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

Por norma general acostumbran a criar dos veces a lo largo de un año. La primera puesta empieza a mediados de marzo o principio de abril. La segunda puesta se efectúa a continuación de la primera. Raramente se generan tres puestas.

La puesta consta de cinco o 6 huevos de color blanco con finas motas rojizas. La incubación dura entre 12 y 13 días, periodo en el que habitualmente el macho alimenta a su pareja en el nido. El nido, construido casi exclusivamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de algunos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los quince días más o menos, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones nórdicas migran al sur; los cuarteles de invierno se sitúan en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e incluso migradoras cara el norte de África. La migración es diurna, en grupos más o menos numerosos. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se produce entre septiembre y noviembre; el de la primavera se genera entre febrero y mayo.

En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes provenientes de Centroeuropa; el paso otoñal se produce sobre todo en el mes de octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos parecen abandonar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando sitio a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más abundante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han citado muy, muy altas densidades al sur de Cádiz del orden de sesenta y cinco aves por cada diez hectáreas.

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Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que seguramente dio lugar a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se hallaba prácticamente seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que pasean, brincan o bien se sostienen solo sobre las extremidades siguientes, al tiempo que las extremidades anteriores han evolucionado hasta transformarse en alas que, del mismo modo que muchas otras características anatómicas únicas, les dejan, en la mayoría de los casos, volar, si bien no todas vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su conjunto taxonómico se llama clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática tradicional, pero en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte sucesivamente dentro de los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etcétera, aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se originaron desde dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, en verdad, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por consiguiente, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución convergente, puesto que no hay un antepasado común a los dos grupos que tuviera este rasgo. Su evolución dio sitio, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; no obstante, tienen una enorme homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre pueden definirse por morfología, mas con el análisis de ADN empezaron a esclarecerse.

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Las aves habitan en todos los biomas terrestres y asimismo en todos los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta 2,74 metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la nutrición de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en conjuntos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Ciertas emiten gran diversidad de sonidos, y se resaltan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de comestible. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se usa el plumón de patos y gansos domésticos para rellenar almohadas, y ya antes se cazaban muchas aves para adornar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se utiliza en la fertilización de suelos. Algunas aves son veneradas o bien repudiadas por motivos religiosos, supersticiones o bien por prejuicios erróneos. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos quinientos años se han extinguido más de ciento cincuenta especies como consecuencia de actividades humanas, y, en la actualidad, son más de mil doscientas las especies de aves amenazadas que precisan sacrificios para su conservación.

Los papagayos se identifican por tener un pico curvado, con una quijada inferior con cierta movilidad en su conexión con el cráneo y situada en una situación bastante vertical. Además de esto tienen una enorme capacidad craneal y son uno de los grupos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de agarrarse a las ramas de los árboles y escalar por ellas con destreza, gracias a sus garras prensiles zigodáctilas (con 2 dedos cara delante y dos hacia atrás).

Otra característica de los loros es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los papagayos es el verde, si bien la mayoría de las especies tienen además de esto algo de rojo, azul, amarillo y otros colores en diversas cantidades. La coloración de las plumas de los loros se debe tanto a los pigmentos como a estructuras singulares de sus plumas, como la textura de Dyck, que dispersan la luz produciendo la aparición de colores como el azul (componente esencial del verde). Se diferencian de sus parientes las cacatúas en que carecen de sus propios penachos eréctiles en la cabeza. También difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o negras, y aunque asimismo pueden presentan colores rosados, rojos, amarillos o anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.

La mayor parte de los loros típicos se nutren principalmente de semillas. Hay algunas variaciones individuales entre especies que además de esto incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas esporádicamente. Los loris son predominantemente nectarívoros, si bien otras especies asimismo consumen néctar esporádicamente.

Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que suelen anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.

Ciertas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluida la voz humana, si bien no tienen cuerdas vocales sino que usan un órgano situado en la base de la tráquea conocido como siringe.

El periquito mide cerca de dieciocho cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa en torno a 35 g. La variedad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro liso, con la cabeza amarilla con un propio listado negro en su parte trasera, al igual que el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, si bien con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo plano, con una pequeña mancha morada en la mejilla y tres manchas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con máculas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen manchas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Tiene el pico muy curvado cara abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con 2 dedos hacia delante y 2 cara atrás, que les facilita trepar por los árboles y alimentarse de semillas.

Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son de manera notable más pequeños que los que se hallan en cautividad. Además de esto los criadores de esta especie han conseguido multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: pajaro jilguero azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) si bien la mayor parte de los que se encuentran en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayoría de especies de loros el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno probablemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja.​ Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, si bien a fin de que funcionen las cuatro clases de conos simultáneamente se precisa la presencia de todo el espectro de la luz solar.​ El fantasma ultravioleta hace brillar sus plumas, lo que ayuda a captar las parejas. Las motas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían emplearse para distinguir individualmente a cada periquito.