5 tipos de jilgueros mas comunes - Articulo numero: 9545

El pajaro Jilguero presenta una longitud de once-trece con cinco cm, una extensión de 21-25,5 cm, un peso de catorce-diecinueve g y una longevidad de siete a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se identifica por una cabeza muy propia y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es habitual y adaptado a su nutrición. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte delante es blanquecino, bordeado de ocre, al tiempo que la parte posterior marronácea.

El ala muy distintiva y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; manchas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, dependiendo del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y jaspeado. Adquiere el típico dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen asimismo plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en cuyo caso, dependiendo de la época y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

El macho y la hembra del jilguero son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o en condiciones de observación muy convenientes, el macho presenta mayor cantidad de colorado en la cara, y plumillas nasales en general más oscuras. La alteración estacional es inexistente, sin embargo, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e incluso suprime) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a cierta confusión con hembras e inmaduros de otros fringílidos marronáceos, mas solo caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial a lo largo del verano, al paso que en adultos la muda es completa también durante el verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Acostumbra a morar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, generalmente cualquier zona herbácea, de forma especial si existe abundancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin contrariedades en pueblos y ciudades.

Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos usual observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido convocado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a mil ochocientos cincuenta m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, singularmente cardos y centaureas, explica las altas exuberancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta ubicuo. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas si bien no estén arboladas.

Normalmente acostumbran a criar un par de veces durante un año. La primera puesta empieza a mediados de marzo o principio de abril. La segunda puesta se efectúa después de la primera. Extrañamente se producen tres puestas.

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La puesta consta de cinco o seis huevos de color blanco con finas manchas rojizas. La incubación dura entre doce y trece días, período en el que con frecuencia el macho nutre a su pareja en el nido. El nido, construido prácticamente solamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de ciertos árboles o bien arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los padres a los 15 días más o menos, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones nórdicas migran al sur; los cuarteles de invierno se sitúan en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e incluso migradoras cara el norte de África. La migración es diurna, en grupos aproximadamente abundantes. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se genera entre septiembre y noviembre; el de la primavera se genera entre febrero y mayo.

En regiones como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes provenientes de Centroeuropa; el paso otoñal se produce sobre todo en el mes de octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

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Los individuos ibéricos parecen abandonar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando lugar a una espectacular concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más abundante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han convocado altísimas densidades al sur de periquitos australianos Cádiz del orden de 65 aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que seguramente dio sitio a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se encontraba casi seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que pasean, saltan o se mantienen solo sobre las extremidades siguientes, al tiempo que las extremidades anteriores han evolucionado hasta transformarse en alas que, del mismo modo que muchas otras características anatómicas únicas, les dejan, en la mayoría de los casos, volar, si bien no todas y cada una vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su grupo taxonómico se denomina clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática tradicional, pero en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte consecutivamente dentro de los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etcétera, aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se originaron a partir de dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, de hecho, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por ende, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución convergente, puesto que no hay un ancestro común a los dos conjuntos que tuviese este rasgo. Su evolución dio lugar, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; no obstante, tienen una gran homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre pueden definirse por morfología, mas con el análisis de ADN comenzaron a dilucidarse.

Las aves habitan en todos y cada uno de los biomas terrestres y también en todos y cada uno de los océanos. El tamaño puede ser desde seis con cuatro cm en el colibrí zunzuncito hasta dos con setenta y cuatro metros en el avestruz. Los comportamientos son distintos y notables, como en la anidación, la nutrición de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en grupos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Ciertas emiten gran diversidad de sonidos, y se destacan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El ser humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los papagayos son populares como mascotas. Se emplea el plumón de patos y gansos familiares para rellenar almohadas, y ya antes se cazaban muchas aves para ornamentar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se utiliza en la fertilización de suelos. Algunas aves son reverenciadas o repudiadas por motivos religiosos, supercherías o bien por prejuicios errados. Muchas son símbolos culturales y referencia frecuente para el arte. En los últimos 500 años se han extinguido más de ciento cincuenta especies como consecuencia de actividades humanas, y, en nuestros días, son más de mil doscientas las especies de aves amenazadas que precisan sacrificios para su conservación.

Los papagayos se identifican por tener un pico encorvado, con una quijada inferior con determinada movilidad en su conexión con el cráneo y situada en una posición bastante vertical. Además de esto tienen una enorme capacidad craneal y son uno de los grupos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de agarrarse a las ramas de los árboles y escalar por ellas con habilidad, gracias a sus garras prensiles zigodáctilas (con dos dedos cara delante y 2 cara atrás).

Otra característica de los papagayos es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los papagayos es el verde, si bien la mayoría de las especies tienen además algo de colorado, azul, amarillo y otros colores en diferentes cantidades. La coloración de las plumas de los papagayos se debe tanto a los pigmentos como a estructuras singulares de sus plumas, como la textura de Dyck, que dispersan la luz originando la aparición de colores como el azul (componente fundamental del verde). Se diferencian de sus parientes las cacatúas en que carecen de sus característicos penachos eréctiles en la cabeza. También difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o bien negras, y aunque asimismo pueden presentan colores rosados, colorados, amarillos o anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.

La mayoría de los loros típicos se alimentan primordialmente de semillas. Existen algunas alteraciones individuales entre especies que además incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas esporádicamente. Los loris son predominantemente nectarívoros, aunque otras especies asimismo consumen néctar esporádicamente.

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Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que suelen anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.

Ciertas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluida la voz humana, aunque no tienen cuerdas vocales sino utilizan un órgano situado en la base de la tráquea conocido como siringe.

El periquito mide en torno a dieciocho cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa en torno a 35 g. La variedad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro llano, con la cabeza amarilla con un propio listado negro en su parte trasera, del mismo modo que el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, aunque con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo llano, con una pequeña mácula morada en la mejilla y 3 manchas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con máculas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen manchas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Tiene el pico muy curvado cara abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con 2 dedos cara delante y dos cara atrás, que les facilita trepar por los árboles y alimentarse de semillas.

Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son notablemente más pequeños que los que se hallan en cautividad. Además de esto los criadores de esta especie han conseguido multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) si bien la mayoría de los que se encuentran en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayor parte de especies de papagayos el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno probablemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja.​ Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, aunque para que funcionen las 4 clases de conos simultáneamente se necesita la presencia de todo el espectro de la luz solar.​ El fantasma ultravioleta hace relucir sus plumas, lo que ayuda a atraer a las parejas. Las motas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían utilizarse para distinguir individualmente a cada periquito.